El Patio del Aceite se utilizó antaño como depósito de aceite y como lugar de tradición agrícola, ocupando una parte del palacio que cumplía funciones de auténtica casa de labranza en la que guardar cosechas, aperos y animales.
Conserva una fuente hexagonal decorada con azulejos de barro vidriado con motivos de lacería policromada.
Constituye uno de los ámbitos privados de la vida del palacio, pues a él se abren las ventanas de las estancias principales.
De nuevo nos encontramos con ricos frescos decorativos del siglo XV-XVI descubiertos tras la cal de los muros. Una estatua de la hermosa Venus desnuda sobre una pantera, del neoclásico decora la estancia.
Importante es la impresionante y centenaria Cycas revoluta que compite lentamente por las alturas con los diferentes tipos de palmeras -robusta, filífera y canaria-. Igualmente destacable es el telón de fondo que compuesto de nuevo por buganvillas, en este caso combinadas con hibiscos y alteas de un porte verdaderamente inusual, remarcan en el Patio del Aceite una técnica de creación de paisaje que de esta manera tan característica se reitera en los jardines de las Dueñas, dotándolos de identidad.